Todavía sin hacer la salida del lado guatemalteco, y después de 4 horas de viaje, me bajé y regresé a flores, por suerte con un final feliz.
Al día siguiente después de atarme la cámara con cadenas y sogas fui rumbo a la frontera, bueno frontera es una forma de decir, no había nada, solo cruce un rió, no había siquiera un policía o algún cartel que diga que había entrado a México. Solo encontré un puesto de hamburguesas, al cual le rendí honores.
Después de llegar a Palenque, en el estado de Chipas me enteré que metido en ese bosque a orillas del río era donde tenía que sellar el pasaporte, pero de todas maneras lo solucione desde Palenque.
que me quedaban a escasos minutos, y en donde a diferencia de las de Copán que se distinguen por sus esculturas, las de Tikal por sus grandes templos, acá se había descubierto la Tumba de Pakál, descubierta en 1952, de la cual se puede ver una replica en el museo, ya que la original se encuentra dentro del mismo templo y no se permite el acceso a los turistas.
Nuevamente el paisaje colonial de casa coloridas adornaban mi nueva posta. En San Cristóbal, me hice de un nuevo grupo de amiguillos, Esther de Uruguay, Amaia y Sandra del país Vasco y Beto de México, ellos habían viajado hasta acá por una caravana Zapatista que se organizo en Europa con el fin de conocer y ayudar en las comunidades, mas conocidas como caracoles. Fueron casi 10 días que terminaron con el discurso del sub comandante Marcos.
Con ellos compartí varios días en esta ciudad y me sumé para seguir camino, al estado de Oaxaca, íbamos a conocer la costa Mexicana del pacífico, algo increible……..
Estamos ocupando una cabaña, con una cama doble, dos hamacas y yo en mi carpa, pero no pagamos más de dos dólares cada uno. Nuestra cabaña queda en plena playa, de aguas verdes con Olas de dos metros y más….. No nos queremos ir, somos felices acá!
Ayer nos fuimos a dedo a conocer otra playa cerca de acá, Zipolite, y claro con una rubia y una morocha alado, el dedo funciona de maravilla, incluso nos vinieron a buscar al bar donde estábamos tomando un helado, para preguntarnos si queríamos volver de regreso con ellos.