jueves, 27 de diciembre de 2007

Oasis paceño. (Bolivia III)

Viene de acá

Queridos nuestros... Lamentamos la tardanza en la actualización del blog, pero la vida en La Paz nos ha absorbido de tal manera que la visita al cyber era tarea complicada.
Ni recordamos ya donde nos habíamos quedado, pero intentaremos hacerlo lo mejor posible!
Después de la calida recibida de los Ro´s, bañarnos, lavar nuestra ropa (ya estábamos prácticamente irreconocibles...) y comer como se debe, repusimos fuerzas durmiendo algo mas de lo habitual y , ya bendecidos por el Yatiri, comenzamos a recorrer la ciudad.

En la calle Sagarnaga (circuito comercial autóctono por excelencia)
Nico se apropincuó debidamente de varios instrumentos musicales que solo el sabe como va a transportar y solo los tres dedos restantes saben como va a practicar hasta que aprenda... va bien el muchacho con el charango, detodas formas.





La Paz es realmente llamativa; construida en un valle, la vista desde el Alto es impresionante. Su centro está lleno de gente y transportes públicos de todo tipo y color. Cada dos pasos hay un puestito que ofrece todo tipo de golosinas y utensilios varios. El comercio acá, como en toda Bolivia, está a flor de piel...
Con la Ro fuimos una tarde al Valle de la Luna. Toda La Paz está rodeada de formaciones rocosas impresionantes, pero esta es particularmente llamativa. Los paseos con los Ro´s se extendieron más allá de las fronteras paceñas y pudimos conocer Tiwanaku, ruinas arqueológicas de dicho pueblo preincaico que no son tan conocidas como merecerían ser. Carolina, la simpática guía que nos acompañó nos contaba que el lago Titicaca alguna vez había llegado a los márgenes del asentamiento. Hoy solo están reconstruidos parte de los tres templos saqueados (una vez mas) por los españoles.
Para compensar un poco la aridez rocosa de La Paz, al día siguiente llegamos, en dos horas y tras cruzar la cordillera, a Coroico, la capital de Noryungas, un valle verde lleno de plátanos, monos, café, coca, cascadas y frutas varias. Todo muy lindo… entre otras cosas, gracias a las recurrentes lluvias que, pese a la bendición del Yatiri, no nos perdonaron… Por suerte esta vez estábamos bajo techo y bajo nuestras camas no se formó ningún charco!
Después de 4 días de ese paisaje hermoso, decidimos hacernos los Robinson Crusoe y emprendimos una caminata de 4 horas bajando de una montaña para volver a subir a otra y llegar a Tocaña, pueblo de Afro-Bolivianos dedicados al cultivo de coca y frutas. Al llegar tuvimos la suerte de encontrar a 4 guías de pequeña estatura y corta edad que nos guiaron como expertos exploradores hacia la casa de Don Manuel, el abuelo del pueblo. En el camino, los cuatro hermanos nos fueron mostrando las frutas locales y, entre otras muchas, nos bajaron una papaya que deglutimos en pocos segundos. Don Manuel ese día no tenía ganas de hablar, pero la calurosa bienvenida de su esposa, Maclobia, bien valió la caminata!
Finalmente nos fuimos a lo del Pulga, un antropólogo que nos recibió en su casa y nos llevó a cenar a la casa de Angelica, vieja curandera y partera del pueblo que leía la coca para conocernos un poco más. Felices de la vida y enamorados de Tocaña y su gente, retornamos a Coroico, esta vez en auto, porque somos intrépidos, pero no locos!
Percibiendo el espíritu navideño, retornamos a La Paz, para pasarlo en familia. Los tíos Ro´s estaban ahí esperándonos como siempre, y después de reponer fuerzas, fuimos a la fabrica de tejidos de llama y alpaca donde trabaja Rodrigo. Era el día de repartición de regalos de navidad y, después de hacernos un recorrido para conocer el proceso de fabricación, los Ro´s cargaron la camioneta de leches, chocolatadas, pullovers y juguetes, para repartir en las afueras de La Paz, donde nos esperaban los chicos al costado de la ruta, zarandeando sus manos, y sonriendo de oreja a oreja, sabiendo que no éramos Papa Noel, pero como se acostumbra por estas fechas, la gente suele recorrer estos pueblos alejados con regalos varios.


El domingo, los padres del Rodri organizaron un asado en su casa y contrataron a un conocido parrillero argentino y sus tres ayudantes para deleitar a casi 20 personas entre tíos y primos. Argentina se extraña a veces, pero ese domingo no fue el caso!
Ya era 24… aunque parezca mentira, nuevamente Navidad! Aun sabiendo que en esta fecha se cena con una potente Picana (sopa con cordero, pollo y res y su típico picante), no nos acobardamos y decidimos aportar lo nuestro: un fiambre alemán (valga la paradoja…) y una ensaladita fresca de entrada, para que conozcan algo de nuestras navidades. La cena familiar nos hizo olvidar un poco que estábamos lejos de nuestras casas y, entre regalos y bebidas, la noche llegó a su fin.
Si creían que esto había terminado, se equivocan: al día siguiente, cuando ya creíamos que nada mas cabría en nuestros estómagos, la tía de la Ro nos recibió en su casa con OTRA PICANA MAS!!! Entre otras muchas cosas. Sépanlo: el estómago humano tiene mucha capacidad!
Por la noche continuamos con nuestro habitual Pictionary y preparandonos para estirar al día siguiente nuestras ancas en la pileta del Club de Golf mas alto del mundo.

Como verán, nuestra estadía en La paz ha sido más que un oasis y ya estamos pensando cómo lo vamos a extrañar! Con las pilas cargadas de afecto, esperamos la llegada de la hermana de Nico, con quien partiremos mañana hacia Copacabana (en el lago Titicaca) para empezar el año como 5 dedos en la ruta y cruzar a Peru, en dirección a Arequipa, esperando retomar nuestro abandonado “ipismo”!
PD: Esperamos que este quinto dedo traiga consigo algún elemento de la tradición a la que Don Nestor “Pichón” Macchi nos acostumbró durante varios años… si, si, a la bondiola nos referimos!

La herencia de Giorgio...


Aunque usted no lo crea: 20:30 hs. Sin palabras!

lunes, 24 de diciembre de 2007

Ha nacido una estrella...


No es Homero Simpson, no es Jabba, tampoco el Principito... se trata de una nueva estrella de la música melódica romántica. Dará que hablar, y ya están temblando Alejandro Sanz, Enrique Iglesias, David Bisbal y demás mequetrefes.
Su nombre es Giorgio, no querrán olvidarlo.
Gracias, José, por su arte.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Espaldas secas... (Bolivia II)

Viene de acá.




Potosí es una ciudad construida sobre terreno escarpado, al pie del Cerro Rico, que alimentó de oro y plata (sobretodo plata) a la metrópoli española durante varios siglos. Sus calles, a más de 4000 metros de altura, se elevan endemoniadamente, escoltadas por pintorescos balconcillos de corte castizo. Mucho, se elevan. Mucho. Y con mochilas de casi treinta kilos sobre las espaldas, mucho más. Tanto, que el aire del cuerpo se le va a uno hacia otros lugares, y el cerebro decide, eventualmente, tomarse un descansito… Vamos, que se distrae uno con mayor facilidad, y si le preguntan la hora, pues mira a su interlocutor, sin sospechar siquiera, que esa gordita con dientes forrados de oro, es la maldita cómplice del simpático chorrillo que se lleva nuestra mochila, con equipo de mate y cámara de fotos incluidas… Así llegamos a Potosí; y así quisimos retirarnos, más rápidos que los bomberos, o la eficaz policía del lugar… ¡uy, todavía tenemos que completar la denuncia, que justo los agarramos en fin de semana!
Pasado el disgusto, decidimos quedarnos una noche en la histórica ciudad, y recorrer sus serpenteantes callecitas, y, tal vez, visitar sus minas.



Bueno, recorrimos las callecitas, sí, pero de las minas sólo vimos la entrada, que los domingos es día de descanso, y los mineros se merecen un respiro. El cerro es increíble, y está rodeado de un halo especial, casi mágico. En sus entrañas los túneles cavados durante siglos hacen de él un enorme hormiguero, con más de trescientas bocas de mina en actividad, de las ochocientas que tiene. Sobre el asunto, es imperdible, por documentación y estilo, el pasaje de “Las venas abiertas de América Latina”, de Eduardo Galeano, en el que escribe sobre la sistemática explotación de esta ciudad.
Bien, mucha comida chatarra, mucho vuelta sin rumbo fijo, mucha cerveza “del tiempo”, muchas ganas, vamos, de irnos de Potosí… y así lo hicimos.




De Potosí, directo a La Paz. También de noche. También con frío. Mucho, mucho frío. Mucho, mucho tiempo. Muchas, muchas ganas de orinar. Mucha, mucha simpatía de los choferes, que desagotadas sus propias vejigas, méese el pasaje… Suertudas, sin embargo, algunas de las pasajeras, que no tuvieron ningún impedimento, en la parada de rigor, en descubrir sus faldones, y, acuclilladas como gallinas, ofrendar sus ureas a la Pacha Mama junto al micro.
En La Paz nos esperaban La Ro y El Ro. Ronroneantes amigos paceños, que nos acogieron en su casa con una hospitalidad poco frecuente. Nos bañamos, lavamos la ropa, dormimos en mullidos colchones, comimos deliciosas comidas autóctonas, charlamos largamente con buenos amigos.
A Nicolin0, como cada año más o menos por esta época, se le ocurrió que era buen momento para cumplir años. Y lo era: para festejar, el lunes 10 a la noche, Rodri se despachó con una parrillada al estilo boliviano, y quedó comida para dos semanas (calculamos). Hubo también, sí, una torta de chocolate y dulce de leche. Su cocinera reniega de ella, pero dejamos aquí constancia de que estaba muy rica.


También Marcos (padre de La Ro) nos invitó a comer una exquisita paella en su casa, y de postre, nos llevó a conocer a los Yatiris del Alto, con ritual de ofrendas a la Pacha Mama y al Illimani incluidas.
Hasta ahora, esas son las novedades. Habrá más, no se crean, que ahora que estamos bendecidos no nos para ni la migra.
Hasta la próxima.
PD: Nico agradece los mensajes de cumpleaños y las llamadas a Bolivia, en especial al “Camarón” Daniel y familia.
PD2: Feliz cumpleaños a Boggie también, que quedó en Buenos Aires haciendo la logística del viaje.

Parentela


Mauro, mirá a quién me encontré entre las minas de Potosí... al primo Rober.

Espaldas mojadas... (Bolivia I)





Y pasamos la frontera, nomás. Después de las dudas, decidimos pasar a Villazón, y de ahí seguir subiendo. Hicimos la ruta prevista: primero a Tupiza, luego al salar de Uyuni, a Potosí y, salteando Oruro, directo a La Paz.
Bolivia nos recibió con buen clima, con gente amable y paisajes imponentes, de quebradas, valles, ríos y cerros llenos de minerales.
Como no nos cerraban los horarios de los transportes disponibles (y ya que no quedaban pasajes en el tren directo a Uyuni desde Villazón), decidimos pasar la noche en Tupiza. Es un pueblo chico, volcado, sin embargo, a captar las inquietudes de los turistas que seguirán viaje al salar.
Tras muchas vueltas, una noche durmiendo en cama (después de uno o dos meses de puro aislante), y un buen rato en la plaza del centro, cuyos adolescentes se mostraron afectos al macramé de corte internacional, decidimos contratar un tour al salar, que comprendía el traslado a Uyuni, al salar, la comida y los pasajes a Potosí…
Nos tomamos el tren en clase ejecutiva, porque somos ipis, pero nos gusta darnos ciertos gustitos (y además no quedaban pasajes en otras categorías, todo hay que decirlo). Aprovechamos, pues, para dejar constancia de nuestra admiración por el transporte ferroviario boliviano: el tren que tomamos tenía asientos mullidos y bien reclinables, un mozo que, como si fuera un torero, clavaba sorbetes-banderillas en las botellitas de refresco que luego nos ofrecía con gesto adusto, y, después de la hora de cenar, una alfombra roja extendida a lo largo del vagón, que colaboró grandemente con nuestros aires de nobleza prusiana. Loas y vítores por los trenes de Evo.
Bueno, a un tal Douglas y a nosotros nos esperaban del hostel en el que habíamos reservado habitaciones. Doña Guadalupe, envuelta en un poncho de lana gruesa, y detrás de su vientre orondo, mostraba el cartelito en el que, con visible fibrón estaba escrito el nombre de Douglas, y a puro grito intentaba llamar la atención de Santiago, posiblemente más fácil de pronunciar que los nombre sajones.
La noche, impecable. El agua, caliente. El chofer de la 4x4, Hugo. Hugo fue, entonces, quien nos pasó a buscar para llevarnos al salar: una mancha enorme y blanca en el mapa, que sobre el terreno real tiene nada menos que 12000 kilómetros cuadrados. Una trotadita, nomás.
Allí vimos los hoteles de sal (sí, sí, hechos íntegramente con sal, desde las paredes hasta las barras del bar, las camas y, suponemos, los bidets, ultraabsorbentes). Las pirámides de sal, las montañitas de sal, las casetas de sal, los charquitos de sal… sal imos de ahí con la presión por las nubes, pero chochos de la vida.
Las lluvias de días atrás habían dejado sus marcas en enormes zonas encharcadas, que reflejando todo lo que había sobre el salar (desde las montañas lejanas, hasta los juanetes de Maipa), daba la impresión de ser una extensión del cielo.

Hugo nos deleitó con una quinua hervida y chuletas de res (res istentes a la masticasao), bien acompañado todo con pepino y tomate de la más fresca mata.


Nos quedamos con ganas de hacer el recorrido por las lagunas de colores, que hubiera implicado cuatro días, y unos cuantos dólares por cabeza. Entenderán que no teníamos tiempo que perder.
En un viaje movidito (el sistema de carreteras boliviano no es tan complaciente con la nobleza prusiana), nos fuimos a Potosí, donde llegamos de madrugada, y nos quedamos en el micro hasta el despuntar del alba, cuando los chorros salen gustosos a buscar inocentes palomitas.
¿Palomitas? Cuatro aquí…

lunes, 3 de diciembre de 2007

Tilcara, sin apunarnos...

Habíamos quedado en la ingesta de empanadas a destajo, que marcó nuestra estadía en Salta. Con la panza llena seguimos viaje hacia el norte, en una jornada rarísima para hacer dedo: hubo quien paró y nos ofreció llevarnos, inmediatamente antes de acelerar mientras buscábamos nuestro equipaje; hubo playeros de estaciones de servicio que nos permitían preguntar a los automovilistas sólo si no nos quedábamos en la playa de la estación – o sea: no nos permitían preguntar allí…-; hubo, en fin, dos que viajaron en camión hasta Perico, y luego tuvieron que subir al micro en el que viajaban los otros dos, porque no paraba nadie bajo el sol calcinante.
Llegamos, pues, a Tilcara, después de un viaje agotador, cuando casi anochecía, y en un ratito tuvimos que encontrar camping donde armar las carpas.






Nos instalamos en el camping “Pucará”, siendo los únicos acampantes (si no contamos a “Photo-split”, un ejemplar de fotógrafo abananado, que se retiró del lugar pocas horas después de nuestra llegada) durante toda la estadía.















Tilcara es un lugar hermoso, pintoresco y tranquilo, en el que la gente tiene la insana costumbre de ignorar a los artesanos de joyería en macramé… por lo menos hasta que llevan dos o tres días tirando el paño en la plaza. No vinimos nosotros a modificar el natural de estas gentes, por lo que nos dimos a la peculiar tarea de cortar clavos con los glúteos un buen par de jornadas. No es recomendable: lastima.



Aprovechamos esos días para ejercitar nuestros veloces dedos enhebradores, y conocer los increíbles lugares de la zona: la Garganta del Diablo (sí, aquí también hay una… ¿cuántas gargantas tiene Belcebú?); Purmamarca y su cerro de siete colores, con la “Vuelta de los colorados” incluida; el “lago” artificial de Tilcara – paseo que nadie que venga querrá perderse, lo aseguramos- y, claro, el mismísimo Pucará que inspiró a los dueños del camping en alguna gloriosa jornada bautismal.
















A casi todos estos lugares fuimos con Silvina, Silvio y su pequeña hija, Naira, santafesinos. Los tres andan viajando por el país y el continente en una camioneta, “La Mechi”, pintada por el mismo Silvio, que se dedica al muralismo ambulante. Silvina hace artesanías en vitrofusión y hemos tenido ocasión de compartir con ella el paño, aquí en Tilcara, hacia el final de nuestra estadía, cuando – ¡hay Dios!- cambió nuestra suerte.
Cargada la Mechi, pues, fuimos de acá para allá los siete, compartiendo paisajes, anécdotas y diversos menús.
Los planes, que implicaban seguir viaje hacia Bolivia, quedaron momentáneamente en suspenso, en virtud de la inestable situación política y social del país vecino. Por lo que averiguamos, seguir la ruta que pasa por Villazón, Uyuni, Potosí, Oruro y llega a La Paz, no sería un riesgo. De cualquier modo, entre hoy y mañana decidiremos si el viaje toma un matiz internacional el mismo miércoles, día en que el servicio de trenes boliviano nos permitiría iniciar aquel camino.
Los mantendremos al tanto. Endemientras, abrazos para todos.

sábado, 24 de noviembre de 2007

Salta, la mojada


Bien, la lluvia. La lluvia ha marcado nuestra estadía en Salta, pero ya hablaremos de eso. La noche de la llegada, finalmente, no trajo mayores complicaciones; debía terminar rápido, y así lo hizo. A dormir sin vueltas.
Despertamos con sol y bastante calor. Nico ya había hecho contacto telefónico con Nacho, el amigo salteño, y nos encontramos con él en el camping. Cayeron algunas gotas, sí, pero creímos entonces que se trataba de una traviesa nubecilla. Con un demonio… Después de charlar animadamente con Nacho y planear nuestros próximos encuentros, nos decidimos, cándidos, a conocer el centro de esta hermosa ciudad. Salimos, bucito sobre los hombros, silbando alguna melodía de tiempos felices. Las gotitas sucesivas insistían en hacer la percusión sobre el asfalto, ¡cuánto nos divertimos entonces!, ¡qué jóvenes desprevenidos, que habían olvidado en las carpas sus protectoras capas de agua!
Tuvimos tiempo para conocer el Mercado Municipal, con su mar de gente hormigueando entre puestitos minúsculos, en los que encontramos ofertas sumamente tentadoras y, diríamos, propias de la ciencia ficción: el kilo de tomates a un peso, la docena de empanadas a siete, dos ananaes por cinco… tres bicocas.

También paseamos por la peatonal, conocimos – los que no la conocíamos aún- la Plaza 9 de Julio, y encaramos hacia los 1000 Negocios, una suerte de Babel de artesanos, en la que repusimos la materia prima de nuestra pyme: “Cuatro Hilos Enhebrados S.A”.
Volvimos caminando bajo una pared de agua que forcejeaba para transformar nuestra materia corporal en parte de sí. Ya nadie silbaba, qué esperanza. Si todos los caminos conducen a Roma, en materia de canaletas y cauces de agua, el destino final es la carpa de Nico… ¡qué suerte! La mencionada carpa flotaba, literalmente, sobre algo más parecido a un lago que a un inocente charquito. Operación rescate, pues, consistente en trasladar todas las cosas del interior de la carpa, y a su dueño mismo, sollozante como una niña exploradora – es mentira, es mentira- a la entrada de los baños; un lugar seco y amable, en el que además pudimos entablar conversaciones con otros refugiados.

Pasó ésta, como todas las tormentas, y nos permitió recomponer la planta de nuestro campamento base. Macrameando nos pasamos el día siguiente, y nada digno de mención sucedió hasta la noche, cuando Nacho y Alvaro nos llevaron a la peña “La Casona del Molino”.
Una noche irrepetible. Empanadas a destajo; vino con moderación (la ingesta excesiva de alcohol puede afectar la salud. Ley 18778552); casona de estilo colonial; músicos que espontáneamente tomaron la guitarra y el bombo legüero y se despacharon con un buen rato de folclore, dejándonos boquiabiertos (ideal para comer más empanadas).


No viene siendo mucho más que eso, Salta. Algunas (pocas) vueltas con los “mangueros” de pulseras y tobilleras por el centro; empanadas de aquí; macrameamos en el camping; empanadas de allá; chapuzón en la pileta gigante del camping (la más grande de Sudamérica, dicen); empanadas de acullá; más lluvia; más empanadas; hicimos humitas en chala en las precarias condiciones del camping; nueva noche en la peña… y, claro, empanadas.















Eso es todo por ahora. Nos volveremos a encontrar, posiblemente, desde Jujuy. No se pierdan los próximos capítulos.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Avanza a Salta (dos casilleros).

Los dados siguen girando, y por ahora eludimos el calabozo. La oca está como loca (lo siento, no podíamos evitar la rima).
Bueno, la última entrada nos quedó sin cola, como el cuis. No había mucho por agregar entonces, así que optamos por cerrarla donde estaba, y en ésta suturamos el tajo (metáfora dirigida al simposio médico familiar).
De la sección Tafí del Valle nos quedó pendiente la visita al Mollar, localidad vecina, distante siete kilómetros del campamento base. Hicimos el camino a pie, guiados por la ya emblemática figura del Metal, ese día muy parecido al David Carradine de Kung Fu. Con la vista en el piso, buscamos piedrecillas con que confeccionar preciosas alajas en macramé.




También tuvimos tiempo de detenernos a sobar los lomos de algunos animalejos, y no faltó una visita al pequeño cementerio del Mollar, ubicado al pie de un cerro. Nos llamó la atención el contraste con la aridez del entorno. El lugar podría ser lúgubre, u oscuro, y sin embargo aquí la muerte tiene sus colores.


Después de un fin de semana afortunado en la venta, seguimos viaje para Amaicha.


No nos fue tan bien con el dedo: Sólo Maipa logró un aventón (queríamos utilizar esta palabra desde hace mucho tiempo, sabrán entender...). Los tres dedos restantes permanecieron en la ruta, hasta la llegada, cerca de las ocho y media de la noche, de un colectivo de línea que cruzó el sinuoso camino de montaña, entre cardones y peñascos.

Doña Juana nos recibió en su humilde camping. No sólo nos facilitó el patio para acampar, sino que también nos abrió las puertas de su corazón, desplegando frente a nosotros, con sumo detalle, los pormenores de una reciente separación. Sólo decir - no es cosa de caer en chusmeríos- que el ex marido, muy chaparrito él, vivía a escasos quince metros de la chilena Juana, por lo que tuvimos oportunidad de presenciar algún que otro intercambio de ideas entre ellos. Sublime, por cierto.

Como si lo anterior fuese poco, Maipa logró hacer su radiografía del simpático personaje, y ahora deleita al resto del grupo con un refinado acento trasandino, que deja la impresión de haber expandido la comitiva a cinco integrantes, en lugar de cuatro. (¡Ya!).



En un día redondo, salimos de Amaicha a dedo hacia las ruinas de Quilmes. Los cimientos reconstruidos de una ciudad al pie de un cerro, en la que habitaron, en su época dorada, entre seis mil y ocho mil quilmes. Es trágico el final de este pueblo, que luego de una larga resistencia a la conquista española, y ante la inminencia de la derrota, en la batalla final decidió, casi en su totalidad, morir antes que ser esclavos: las mujeres, con sus hijos en brazos, y muchos de los hombres que quedaban, se lanzaban desde el cerro. Los que sobrevivieron fueron obligados por el gobernador colonial de Tucumán, Mercado y Villacorta, a caminar hasta la provincia de Buenos Aires, muriendo muchos en el camino. Pocos años después, habían desaparecido todos los quilmes puros.
La planta del pueblo, con sus habitaciones comunitarias y sus silos, protegida por una muralla de piedras, y dos atalayas desde los que se observa todo el valle, es impresionante. En el centro de la planta, un observatorio astronómico que deja constancia de las avanzadas inquietudes científicas del pueblo quilmes, bajo la influencia del imperio incaico. Más de quinientos años después, en ese mismo lugar, recibíamos la llamada de Josechu en el celular de Maipa. La elipsis está servida. Un Kubrick ahí, por favor.


Hoy, junto a las ruinas, cuya administración reclaman por derecho quince comunidades indígenas de la zona, una empresa construyó un Hotel-Resort, que embellece el paisaje con su cuidada pileta, y desde cuyo solarium, cualquiera que pueda pagarlo, puede tener el privilegio de broncearse, mirando distraídamente hacia el Cerro alto del Rey.

De Quilmes a Cafayate, en una pegada monumental, dos autos nos levantaron por parejas, y no tuvimos que hacer dedo más que un rato.
No hay uno de nosotros cuatro que no se haya quedado enamorado de Cafayate: un pueblo prolijo, pintoresco, en el que la gente camina con calma y una sonrisa permanente. Encima, paramos junto a los viñedo de la bodega Domingo Hermanos, cuyo tinto probamos religiosamente en una choripaneada nocturna.


Tres días estuvimos en Cafayate, haciendo y vendiendo más pulseritas, y profundizando con método nuestro incipiente ipismo. No tenemos hipo; somos ipis. ¡No al E-330!


En colectivo, llegamos hasta la Garganta del Diablo, donde estuvimos tirando el paño y pasando sed desde el mediodía hasta las seis y media de la tarde. No fue mala la experiencia: conocimos la Garganta y el Anfiteatro, que son impresionantes como todo el resto del valle.

A la tarde, como nos había prometido temprano, Esteban y su familia nos pasaron a buscar de regreso a Salta, y nos cargaron en la caja de su camioneta. No era grande el lugar, vamos a decirlo, y tuvimos que acomodarnos como pudimos, con mochilas, guitarra y la macrocefalia de algunos de nosotros que no viene al caso nombrar....
El trayecto duró un par de horas, en las que el vientito tibio de los valles resultó sumamente agradable... y premonitorio: Salta nos recibió con lluvia copiosa. Nobleza obliga: nos dio tiempo a armar las carpas, con adaptaciones de varillas incluidas (¡pero qué simpática la empleada de Pehuén, válganos el cielo!, ¡cuánto la queremos!).
Así terminó nuestra primera noche en suelo salteño, amuchados bajo un tinglado que en el camping municipal se empeñan en llamar "quincho", junto a un pequeño grabador que cantaba a los gritos una cumbia zumbona, propiedad de un muchacho algo afectado por la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas, obsesionado en manifestar una y otra vez su deseo de ser feliz. Un momentito exquisito, con el que La Linda quiso agasajar nuestra bienaventurada llegada.

viernes, 9 de noviembre de 2007

La grande finale...





Bien, finalmente logramos juntarnos(foto1), después de perseguirnos como gatos y ratones durante unos cuantos días... El cismo fue en Tafí del Valle, Tucumán (foto2), después de un ascenso selvático, que parecía el desarrollo de un sueño, tras veinticinco horas en tren.





El asentamiento del grupo completo es en "lo de Don Alejandro": un simulacro de camping, con vista a lo que fue un río y ahora es un cauce pedregoso sin agua, pero con fondo de montañas que es una locura. A la apertura de la puerta de la carpa sigue una vista increíble, que se agradece todas las mañanas.





La llegada, aunque sólo sea para tener algo que contar, vino cargada de dificultades... La simpatiquísima empleada del negocio en el que compramos una de las carpas, nos vendió una Hi-Camper, con varillas de Sunterra, como quince centímetros más largas: fenomenal, fantástico, sublime; a las once y media todavía estábamos recortando varillas, probando armados y volviendo a recortar... Las brochettes de festejo tuvieron que esperar un rato, pero cuando llegaron fueron increíbles. Las comimos, por supuesto, a la salud de la simpática empleada.





En el tiempo que estuvimos separados, Maipa y Nico sufrieron un proceso de mutación drástica, que los llevó a transformarse en hippies artesanos. No pasó mucho tiempo hasta que María y Santi padecieron el mismo síndrome: ahora estamos los cuatro haciendo pulseras, collares, tobilleras, en pulcrísimo y refinado macramé. ¡Ah!, y se vienen los apoyavasos. ¡No se los querrán perder!.





Como todos los hippies, somos gregarios. Algunos de los integrantes de nuestra horda promiscua: El Metal y su pequeño cachorrillo Igor, Chicho y Natalia (con su ratón Horacio, un ejemplar de laboratorio de enormes testículos), Sebastián y Florencia, Gustavo y Melina y su pequeña Margaríta, la perrita vomitapaños.





Sí, sí, tiramos el paño en la calle, tenemos los pies sucios y todos menos Santi (por evidentes razones) tenemos piojos. Santi tiene garrapatas. (foto2)





Intentaremos en las próximas entradas profundizar la descripción de algunos de los personajes mencionados (incluyendo, por supuesto, a Don Alejandro, especimen autóctono y particularísimo).





En otro orden de cosas: las empanadas que comimos anteanoche, como esperábamos, estaban de rechupete. No incursionamos en el vino, pero las regamos con la sagrada cerveza Norte, que es un elixir.





A los curiosos de la metereología: esto es muy raro, de mañana un cielo limpio y un sol caliente; hacia la tarde comienzan a aparecer algunas nubecillas, desde el otro lado de la montaña; de noche, a veces, viento y llovizna, a veces estrellas (millones de ellas). Como verán, salvo huracanes, hemos tenido de todo en tan sólo tres días.





Nuestros planes son seguir subiendo hacia Salta, probablemente con alguna escala, a partir del lunes o martes (acá hay que aprovechar el fin de semana, que traerá cuantiosas ganancias a nuestra empresa artesanal: ¡flower power!, ¡la imaginación al poder!, ¡no al E-330!).

sábado, 3 de noviembre de 2007

Rosario - Tucuman... sin escalas!






Buenas y santas!!! como les baila?!!

habiamos quedado hace un par de dias atras en la descompostura causada por aquel pancho.........
despues de recuperarnos, e intentar vender algo por la costanera (sin mucho exito), el clima parecia ir mejorando, y al acostarno en una estrellada noche , nos levantamos con una fuerte lluvia de granizo y con un camping inundado en su totalidad. Tuvimos suerte de no haber puesto las carpas en un desnivel, de lo contrario hubieramos echo buen uso de nuestras antiparras. conocimos a unos artesanos en el camping que nos invitaron a tirar el paño en un lugar cerca de la peatonal, y tambien conocimos a otro chico, "mario" que no hizo acordad mucho a nuestro querido amigo pablito corrial. era caricaturista y antes de irnos nos regalo dos caricaturas (foto 1 y 2)que las veran pronto cuando traigan el cable... (parecemos politicos, prometiendo).
decidimos comprar los pasajes en tren hacia tucuman, y salimos el viernes a las 5 de la tarde (foto3). Hoy nos encontramos en Tucuman. El calor nos recibio con los brazos abiertos. como de costumbre no podia dejar pasar de largo, las empanaditas tucumanas que las hacen con matambre cortado a cuchillo y sin papas en horno de barro.... muy buena. De todas formas esta noche vamos a una peña a rompernos el paladar con ellas y calmarlo con vino y cerveza! mientras miramos algun espectaculo folklorico.
Calculamo estar saliendo mañana bien temprano en micro hasta una localidad cercana para comenzar a hacer dedo e ir a Tafi del valle y Amaicha del valle, ya que aca el tema del alojamiento se complica.. hay solo un camping municipal gratis pera esta en una parque publico rodeado de dos avenidas sin alambrado alguno. ...Bueno eso es todo amigos, despues contamos como Salio la peña.....

domingo, 28 de octubre de 2007

Piratas del caribe


Estamos un poco ansiosos por llegar al caribe y estrenar nuestros atuendos de ocasión... Por lo pronto ya sacamos los pasajes. El 5 de noviembre salimos de Retiro a Tucumán. El tren no será un galeón, la vía no será un mar transparente... pero para empezar no estará nada mal.

Rosario tiene a Fito...


...y nosotros tenemos una descompostura monumental por culpa de un pancho asesino!
Todo bien, no se preocupen, ya pasaron los primeros efectos y ahora hasta tenemos un poco de hambre.
Pero retomemos donde dejamos: el viernes a la noche nos despedimos de Mortadela y Salamín (dos perros que nos custodiaron como leones durante nuestra estadía) y dejamos el camping de Paraná para pasar la noche en la casa de Gaby, Sergio y Valentino. Una buena cena, buena compañia y un techo para no terminar pasados por agua, porque esa noche se llovió todo!
A la mañana siguiente Nico, sus tres dedos y yo partimos dirección a Rosario en colectivo porque la idea era llegar medianamente temprano para poder aprovechar el fin de semana. Como de costumbre cuando llegamos nos llevó un buen rato encontrar un camping cerca, asi que finlamente no pudimos tirar el paño en la costanera. En vez de eso armamos las carpas y nos fuimos al Parque Independencia a comer algo... no tuvimos mejor idea que mandarnos un pancho completo... completo de algo que nos pegó medio mal. Por suerte somos de organismo fuerte o el bicho era pequeño y ya estamos en carrera nuevamente.
La ciudad está totalmente parada... seguro que todo están de lo mas interesados y ansiosos por saber el resultado de esta elección tan peliaguda. Veremos si a la tarde revive un poco. Por lo pronto nos vamos a comer un panchirulo para festejar no sabemos bien qué!
Besos y hasta la proxima...

Cursillo acelerado para dejar cometarios

Estimados lectores, hemos recibido algun que otro llamado desesperado sobre la dificultad para dejar sus comentarios.
Es entendible, por otro lado, que siendo amigos y familiares nuestros no dominen la tecnologia. Asi es que aca nos disponemos a tirar un par de instrucciones para que puedan escribirnos y, con ello, ser felices. Sabemos que nos siguen con fervor y sueñan todas las noches sobre lo que nos escribirán al dia siguiente.
Bueno, ahi va: como bien veran abajo de cada nota nuestra aparece un cartelito que dice "3 comentarios" o "9 comentarios"... segun los que nos hayan dejado. Hagan click ahi, escriban lo que se les plazca (este es un blog muy democrático) y ahi donde dice "Elegir una identidad" hagan click en "Otros" o "Anonimo". De esa manera no les pide contraseña y su comentarios sera publicado tan pronto como apreten el cartelillo que dice "Publicar comentario" .
Era asi de facil, si, pero entendemos a aquello que, como nosotros, son nulos en esto del cyberespacio y toda la leche!
Una vez finalizado este servicio a la comunidad, nos despedimos para contarles sobre nuestras ultimas andanzas.

jueves, 25 de octubre de 2007

Para que???.....PARANÁ!!!!!!



como me andan?????
bueno reotomando lo narrado... habiamos quedado en hacer las pizzas a la parilla, cosa que no se pudo por mal tiempo, pero en compensacion aparecio lula con su majestuoso te de menta casero con hielo, asi que fabuloso!!!
al otro dia, salimos de villa elisa, rumbo parana (foto1), el dedo estaba de buen humor y en dos tramos conseguimos llegar, hay que mensionar al formidable "ramon" cuartetero viejo!!! que iba rumbo a cordoba y nos llevo en su camion, con aire acondicionado y cuarteto del bueno. Al llegar, fuimos al unico camping abierto que hay pero con una vista del rio increible. la costanera es espectacular , igual que los dias que nos tocaron, pero bueno ahora se esta levantando una tormentita, ais que quiza nos quedamos un dia mas, sino mejora.
tiramos el paño un rato en la plaza y despues a pasear un poco.... y si mis queridos lectores.. no puede faltar nuestro comentario gastronomico, hicimos finalmente las pizzas pero ademas, ayer a la noche nos deleitamos con unos brochetes a la parrilla con galleta casera (engrudo a la parrilla). calculamos estar saliendo cuando mejore el tiempo, rumbo a santa fe, es cuestion de cruzar el tunel, y en poco menos de dos semanas nos estamos encontrando con Santi y Maria y la comunidad estara completa. con ellos viene tambien el cable que necesitamos para poner las fotos... asi que a no desesperar ya veran imagenes!
en un rato nos vamos a tomar un cervecita con Gaby (una amiga mia ) (foto2)si la encontramos y despues a las carpas a probar la resistencia a la lluvia!!!!
Nico
pd: Gracias Palle por el regalito que mandaron... A la cvuelta les contamos... Besos: Maipa

lunes, 22 de octubre de 2007

De vuelta al pago...

Hola Queridos! Aca estamos nuevamente en contacto... sabran disculpar la ausencia, pero hemos estado poniendonos al dia con el temita de las pulseras y demas cosillas para vender, porque el paño estaba medio alicaído (por no decir pobretón del todo!!!).
Como bien saben anduvimos por Colonia el viernes, haciendo tiempo para tomar el colectivo hacia Paisandu, la frontera con Argentina. Decidimos no cruzar por Gualeguaychu por motivos de público conocimiento... El hecho es que el sábado nos encontrabamos nuevamente en suelo Argentino, con la esperanza de poder comprar algo para comer sin tener que vender un dedo en el intento. A Nico ya le quedaban solo tres y se andaba quejando que le costaba tocar la guitarra. Algo comprensible, por otro lado...
Entre Rios nos recibió con lluvia, asi que decidimos quedarnos en Villa Elisa, donde hay un camping alejado y sin servicios en esta época, pero en la oficina de turismo nos tiraron un dato más que interesante: en el polideportivo habia una convención de Testigos de Jeová, y había algunos acampando en el natatorio. Desde luego la idea nos pareció esplendida... y Nico hasta se ofreció a tocar unos temas con los tres dedos que le quedan, algo que finalmente no fue necesario por suerte. Ellos ya se fueron y nosotros nos quedamos instalados, con baño, duchas y un hermoso paisaje!
Por suerte nos pusimos en contacto con Lula, un amigo de La Plata que vive aca y estuvimos tomando unos mates con él (foto 1). También tiramos el paño en la plaza, pero estaba llena de adolescentes domingueando, asi que lo único que conseguimos fueron unas canciones del Chaqueño tocadas por Lula y su guitarra! Estuvo más que bien!
Pensabamos hacer unas pizzas a la parrilla hoy a la noche (especialmente dedicadas a Acu y Jose) pero el día se esta poniendo medio raro y capaz que tenemos que dejarlas para otro dia.
Probablemente mañana partamos para Paraná en busca de alguna otra convencion...
Las fotos siguen brillando por su ausencia... pero como bien diría un amigo extranjero: es mejor para ejercitar la imaginación. De todas formas estamos trabajando para resolver tal problema.
Les dejamos besos y abrazos a todos y esperamos que la estén disfrutando tanto como nosotros!
Maipa y Nico

viernes, 19 de octubre de 2007

A todo dedo



Que tal nuestros queridetes!!!!

Retomamos desde punta del este (foto 1 ). luego de mandar el mail y ver que no teniamos opcion de alojamiento a treves de couchsurfing, solo quedaba parar en el unico camping abierto que estaba a mas o menos 10 km muy alejado de la playa y por la modica suma de 10 dolares por persona..... Huimos despavoridamente hacia San carlos cerca de ahi. nos recomendaron un camping municipal, y llegamos al supuesto camping que era un parque y una personas del lugar nos dijieron que nada que ver, que no se podia acampar, que era peligroso e inundable. Por suerte la familia uruguaya que nos decia esto, nos presto una casa vacia que tenian, ya que se estaban mudando.
al dia siguiente el dedo se tomo descanso , no tuvimos suerte, estuvimos desde las 10 hasta las 14:30 que paso el colectivo que nos dejo en La Paloma (foto 2), un pueblo muy chiquito de pescadores muy bonito, pero los precios seguian carisimos!.
Al dia siguiente fuimos a la ruta y el "dedo" estaba con toda su furia, nos levantaron tres autos y llegamos hasta colonia!. Desde ya hay que Levantarle un Monumento a Diana, quien nos trajo largo trecho, y nos compro sandwiches y coca cola! estabamos en el paraiso.
Queriamos intentar ir a Fray Bentos y cruzar a Gualeguaychu pero averiguamos y las companias de colectivos dicen que esta cortado el puente, que probemos caminando, pero como llamamos a migraciones de argentina y nos dijieron que no se podia, optamos por ir directamente en colectivo hasta Pasayndù y cruzar a Colòn y de ahi nos vamos a Paranà!

pd1: GRANDE DIANA!!!!!
pd2: gracias por los comentarios nos encantan leernos. a veces no lo contestamos por cuestion de tiempo, pero sepan que los leemos a todos
pd3: Mari y Santi, traiganse, que nos olvidamos!, 2 kilitos de asado de ternera, 1 y medio de chinchulines y alguna que otra molleja! .... el vino corre por nuestra cuenta!!!
MAIPA Y NICO

hay misión

La hay: cuando estemos en Ecuador, no podemos dejar de buscarlos a él, y a ellos. Nótese el fino trabajo de edición, sobretodo en el primer caso. Gracias SenodraM, muchas gracias.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Punta de oro...



...que cara esta la cebolla! Recien llegamos a Punta del Este y ya comprobamos que esto es mas caro de lo que pensabamos.
Por suerte venimos de pasar unos buenos dias... despues de una noche de lluvia (que las carpas se bancaron lo mas bien!) nos fuimos a la ruta a ver si teniamos suerte con el dedo. Estuvimos un buen rato pero Andres se apiado de nosotros y nos acercó a Montevideo (foto 1 ). Ahi nos contactamos con Karen, Sergio e Ivan ( que sonreia todo el tiempo!); una familia muy amable que conocimos a traves de Couchsurfing (la pagina de alojamiento de viajeros). Nos atendieron de diez y nos fuimos a recorrer la ciudad e intentar seguir vendiendo algun bolsito. Por suerte vendimos un par y salvamos el dia!
La costanera es muy linda... pero una vez mas, tendran que imaginarsela, porque les vamos a deber las fotos hasta encontrar un cyber que nos deje cargarlas...
Para Nico no pudo faltar el Chivito uruguayo (que no es una animal, sino un sanguche de lomo, bastante potente) y se mandó uno desesperado. (foto2)
De noche cenamos con la familia de Karen y hoy a la mañana salimos rumbo a Punta del Este; primero en micro y despues a dedo... Y aca estemos, un sol radiante, un calor formidable, una ciudad bellisima y un mar que nos espera con un buen chapuzon (si no te cobran para eso tambien).
Pensamos seguir hacia el este y en unos dias retornar para Argentina. Ya tendran mas novedades.
Los queremos...
Maipa y Nico

lunes, 15 de octubre de 2007

Olor a colonia!



Queridos todos!!

Despues de habernos obligado a abandonar a Buggie, ya que no podiamos llevarlo en el barco, emprendimos nuestro viaje desde Tigre, recorriendo todas las islas y canales y desembarcando en Nueva Palmira.
Desde ahi nos llevaron en un colectivo hasta Colonia. hasta el momento la impresion que nos llevamos ded elos uruguayos es formidable! conseguimos un camping y salimos a recorrer un poco el casco historico, previo partido de los pumas; la verdad qeu nos encata uruguay por lo que llevamos recorrido.
Minutos antes de venir a internet, vendimos el primer bolso, asi que vamos a salir a recorrer un poco mas a ver si vendemos el resto. Los precios aca son carisimo estan casi al doble o mas! asi que tenemos pensado partir mañana rumbo Montevideo.
pd: Maipa esta sin Saldo asi que no puede contestar.

miércoles, 10 de octubre de 2007

¿Como cruzar el charco?


Faltando pocos dias para la gran partida, decidimos que todo buen comienzo amerita unos matienzos. Acordandonos de que los mates uruguayos tienen gran popularidad elegimos comenzar nuestro viaje latinoamericano por el pais vecino.
Con los bartulos cargados y el termo bajo el brazo, le pusimos marcha al asunto, pero una gran incertidumbre irrumpio en nuestras cabezas cuando "Buggie" quiso ganarse un lugar en nuestras mochilas , tirandonos un gran dato :
- Pa` llegar al uruguay, primero hay que cruzar el charco muchachos!!.
Y aca estamos, a orillas de la costanera, con el porongo en la mano buscando soluciones.
Se escuchan ofertas!!!!!...........

lunes, 1 de octubre de 2007

el poeta y su pueblo


"Por eso yo, ante ese drama de ser hombre del mundo, de ser hombre de América, de ser hombre argentino, me he impuesto la tarea de amar todo lo que nace del pueblo, todo lo que llega del pueblo, todo lo que escucha el pueblo”, escribió alguna vez Homero Manzi. Se pueden leer en La Mestiza, dentro de una nota que desnuda su particular visión de América Latina.
Buenas palabras para inaugurar esta breve sección del blog: ¿cómo han pensado otros a América Latina? ¿Cómo la han creado? ¿Qué poesías, qué pinturas, qué murales, ideas, sueños... han tenido otros, sobre la tierra por la que viajaremos?
Es una propuesta de viaje, antes del viaje.

viernes, 14 de septiembre de 2007